CÓMO SUPERAR EMOCIONES DIFÍCILES

Aceptar las emociones que nos generan malestar nos ayudará a superarlas

 

 

 

Existen muchas situaciones en nuestro día a día que nos provocan emociones intensas, normalmente emociones que generan malestar y que resultan difícil de gestionar. Esto puede ser debido a que no nos han educado para ello y también porque vivimos en modo automático, no reflexionamos sobre qué es lo que ocurre en nuestro mundo interior (sensaciones corporales, emociones, sentimientos y pensamientos) y muchas de las veces no somos ni conscientes de las emociones que vamos acumulando día a día.


Pero la verdad es que sentimos emociones, a diario, y éstas juegan un papel importante en nuestras vidas y en las vidas de los demás.

El no ser plenamente consciente de nuestras emociones puede generarnos problemas importantes para nuestro bienestar psicológico, dado que, nos impide reconocer nuestro estado emocional, no sabemos muy bien si estamos tristes, enfadados o nerviosos, ni tampoco tenemos muy claro el origen de estas emociones. Todo ello genera un estado de ánimo y una forma de actuar determinado que condiciona nuestro día a día.


Si muchas veces te haces preguntas tales como ¿por qué he reaccionado así con mi hijo/a esta mañana?, ¿por qué me siento mal cuando hablo con esta persona?, ¿ por qué reacciono de forma explosiva en situaciones que realmente no debería?, ¿qué me está pasado?, ¿por qué siempre tengo la necesidad de hacer cosas?. Estas son preguntas (pensamientos) que pueden surgir a partir de esta desconexión emocional.

Cuándo se activa por defecto el piloto automático es nuestro cerebro el que toma el control de nuestra mente, y este no es tonto!!! y si puede escoger en sentir o no sentir emociones desagradables, escoge la segunda opción. De modo que por instinto las rechazamos, las ignoramos, las repudiamos y bloqueamos; es decir, como resultan incómodas, preferimos bloquearlas y deshacernos de ellas en lugar de tratar de comprender qué hacen ahí y que quieren expresar, en este momento( aquí y ahora). Las emociones nos movilizan hacia la acción pero también nos pueden enseñar mucho acerca de nosotros mismos si comenzamos a aceptar justo lo que estamos sintiendo, por desagradable que sea.

El camino hacia la felicidad, no consiste en aumentar las sensaciones y emociones positivas y reducir las negativas. Para sentirnos plenos y felices debemos aprender a aceptar las segundas, ya que, estas forman parten de nosotros, aceptarlas nos lleva hacia el autoconocimiento y el equilibrio emocional.

Para poder cambiar algo que no nos gusta primero debemos de aceptar que nos pasa algo que no deseamos.

Para poder aceptar nuestras emociones debemos comprender lo que nos está sucediendo, aquí y ahora, una actitud reflexiva nos conducirá a indagar en nuestro mundo interior de forma consciente y para ello tenemos que generarnos una serie de preguntas donde poco a poco nos conducirán al conocimiento de uno mismo y de la realidad que nos envuelve. Nos tenemos que preguntar qué intención tiene la emoción que nos invade, qué nos quiere expresar, nos dice algo de una situación en particular o algo sobre nosotros mismos. Si ese “algo” no nos gusta y nos genera malestar, solamente podremos intentar cambiarlo cuando podamos aceptar que forma parte de nosotros, que eso desagradable también somos nosotros.

Aceptar aquellas emocionas que nos desagradan implica entender que no somos perfectos, que no tenemos porque serlo y que hay una parte de nosotros que pueda que nos produzca incomodidad, pero reconocemos que también es nuestra y forma lo que somos. Esta aceptación permite conectarnos con nosotros mismos de manera genuina y nos permitirá examinar la situación y gestionarla, por incomodo que sea, ayudándonos a reducir el malestar que experimentamos.

Sólo cuando somos plenamente conscientes de lo que sentimos y lo aceptamos podemos decidir qué hacer con la emoción que me genera malestar y con la situación que la ha provocado.


El no deja salir al exterior nuestras emociones pueden provocar respuestas emocionales negativas, como frustración, tristeza, decepción, irritación, soledad o vergüenza. Es necesario sentir esas emociones, dejarlas salir y expresarse para conectar con partes de nosotros mismos escondidas en nuestro inconsciente, de manera que podamos trabajar para integrarlas conscientemente para entender quiénes somos y entender también la realidad que nos envuelve.

Si te apetece y estás preparado/a te invito a que practiques la siguiente meditación, te ayudará a conectar y aceptar tus emociones difíciles.

Ánimo.

 

Sonia López Marín

Centro PIMA

www.psico-ment-activa.com


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