Desde el Coaching para Adultos trabajamos sobre las fortalezas en lugar de trabajar sobre las debilidades. Trabajar con las fortalezas repercute directamente y de manera positiva en la percepción que el cliente tiene de sí mismo y por ende en su motivación; dos aspectos básicos que deben existir en cualquier proceso de Coaching: la autoconfianza y la motivación.
Además, trabajando sobre las fortalezas las debilidades adquieren menos peso para nosotros por lo que pasan a un segundo plano.
En el proceso de Coaching para adultos se trabaja para que el cliente tenga conciencia de sí mismo y partiendo de ese punto desarrollar el proceso para conseguir los objetivos que haya marcado.